jueves, 7 de febrero de 2013

¿Qué pasa... por qué todo se me olvida?


Las alteraciones emocionales, el estrés y algunas afecciones orgánicas pueden alterar el correcto funcionamiento de la memoria
Tener “mala memoria” no tiene límites de edad.
El que se nos olviden “cosas” de vez en cuando es normal, y más cuando se tienen muchas responsabilidades. Pero cuando el olvido se convierte en algo más que un “asunto pasajero” es necesario que tomes medidas para mejorar tu condición de “persona olvidadiza”.

Según el psicólogo Rafael Nadal Gómez, las “cosas” no se olvidan porque el registro de la memoria es secuencial y va imprimiendo en los diferentes circuitos neuronales la información recibida por vía de los sentidos de representación (visual, auditivo y kinestésico), en el área que corresponda del corte cerebral, de acuerdo al contenido y significado que la persona tiene en su percepción e interpretación de la información, cómo la procesa y los pensamientos que genera como respuesta.

“Esto podría cambiar por la urgencia, prioridad o preferencia del significado de la información, también cambia la localización neuronal de la secuencia, lo cual funciona de esta para manera por la estimulación de los circuitos neuronales comprometidos; lo que significa que más que olvidar, no recordamos”, detalla Nadal Gómez.

Pero… ¿Cuáles son las principales causas? El tema es más complejo de lo que parece, ya que puede tener varios orígenes, siendo dos los más frecuente, según comenta el experto, “cuando las causas son orgánicas neuronales, es decir, por la neurología del individuo, la cual debe precisarse con pruebas especializadas aplicadas por un neurólogo. Estos exámenes pueden clasificar si el daño cerebral es específico, generalizado o por la ausencia de neurotransmisores que faciliten o inhiban las sinopsis neuronales (la transmisión de información de una neurona a otra), y de acuerdo a estos resultados se aplicará el tratamiento correspondiente. Este tratamiento debe aplicarse interdisciplinariamente con un psicólogo neurocognitivo para obtener un resultado más preciso”.

Por otro lado, está la causa psicológica, la cual, según Nadal Gómez, es más frecuente en personas con falta de un neuroentrenamiento neurocognitivo que le estimule esas zonas cerebrales, específicamente los circuitos neuronales responsables de registrar la información.

“Estos (los circuitos neurales) se estimulan con la práctica de ejercicios, lo que va facilitando el neuro desplazamiento hacia las zonas estimuladas. Dichos ejercicios y sus resultados, han sido confirmados por las neurociencias”, dice.

También es importante tomar en cuenta la edad cronológica al momento de identificar las posibles casusas y la solución, más no es determinante. Aunque Nadal Gómez confiesa que a mayor edad biológica el desgaste de los órganos puede incidir en la pérdida de esta facultad.

“La mayor causa registrada por las pruebas aplicadas por las neurociencias es la falta de un neuroentrenamiento neurocognitivo, y a cualquier edad esto es posible”, agrega.

¡Aviso! Algo anda mal

“Un llamado de alerta es cuando la persona olvida lo que se le olvida”, comenta el psicólogo. Por ejemplo, si se te olvida el número o la  dirección de tu casa, si cuando te dirige a un lugar y en el camino no recuerda hacia dónde va… “Si esto se hace frecuente y recurrente, se convierte en un problema neurológico que genera comportamientos desadaptativos al contexto donde la persona interactúa. Ahora, el no recordar algo podría ser la falta de atención consciente al aquí y ahora”, explica.

Existen personas que están conscientes de su condición de “olvidadizo”, y quizás tomen algunas medidas para tener mayor “control” de sus recuerdos, como por ejemplo, amarrarse un hilo en un dedo o colocar papelitos por todas lados recordándole qué hacer, prácticas que pueden provocar estrés, tanto a la persona con el problema como a quienes le rodean.

Sin embargo, según Nadal Gómez, los efectos van a depender de la necesidad del uso de esta facultad mental, como es la memoria, para sus interacciones.

“Una referencia importante al analizar esto es determinar las preferencias de los sentidos de representación de las personas (visual, auditivo o kinestésicos); si la información le interesa o no por su contenido y significado. También la interacción con las personas; si la relación es personal, profesional, laboral, social y sentimental, entre otras”, explica.

Todo tiene solución

Así como existen ejercicios físicos los hay mentales, es decir, así como se desea tener un cuerpo fuerte y resistente al pasar los años, de igual forma se debe ejercitar el cerebro para prevenir que éste se “agote”.

Para recuperar la memoria, Nadal Gómez explica que dependiendo del paciente y su condición se aplica el tratamiento, es decir, si la causa es neurológica debe tratarla un neurólogo junto con un psicólogo neurocognitivo, con el fin de tener  resultados más precisos; si la causa es psicológia, la cual se determina cuando no hay daños neurológicos,  sino alteraciones por diferentes causas, como por ejemplo tensión psico-emocional-conductual, lo recomendable es que la persona no tome medicamentos, porque esto puede descompensar la producción natural de los neurotransmisores.

Explica que, “cuando la causa del “olvido” está relacionada a lo emocional o conductual, lo ideal es que la persona entre en un programa de neuroentrenamiento neurocognitivo, diseñado para la necesidad específica a tratar, por un psicólogo profesional y de la programación neurolingüística (PNL). La mente es un conjunto de facultades que debe estimularse; esto es gimnasia cerebral”.



Las vitaminas pueden ayudar
En el mercado promueven una gran variedad de suplementos y vitaminas para “mejorar la memoria”. Con relación a esto, Nadal Gómez recomienda tener cuidado con estos productos, pues no todos están reconocidos científicamente para esos fines. Estos deben estar autorizados por la Food Drug Administration (FDA), en Estados Unidos, para garantizar su autenticidad.

Para consumir algún tipo de complementos  multivitamínico y multimineral, además de que estén avalados por la FDA, es aconsejable que consulte a su médico de cabecera, en especial si la persona tiene más de 50 años. También es recomendable combinarlos con los ejercicios de neuroentrenamiento neurocognitivo y llevar un estilo de vida saludable, pues según Nadal Gómez, sus resultados son más efectivos.


Ejercicios para la memoria

Existen algunos ejercicios que pueden ayudar a mantener fresca la memoria.Los neuroentrenamientos neurocognitivos son los ejercicios que mejores resultados tienen y estos se diseñan como programas personalizados basados en la necesidad de la persona. Uno de los ejercicios que recomienda Nadal Gómez a las personas que  desvían mucho la atención de lo que están haciendo, es verbalizar los comportamientos cuando son ejecutados. Esto favorece la fijación de la acción, porque los comportamientos son los pensamientos emocionales actuados. Por ejemplo: Una persona que con frecuencia no recuerda dónde pone las cosas, cuando va a guardar algo debe verbalizarlo, por ejemplo, “ahora voy a guardar los lentes en esta gaveta”.

“Esto sincroniza la acción con los circuitos neuronales que registra esa información, además fija su atención en lo que está haciendo y gana concentración en la conducta como respuesta. Esto se aplica hasta que la persona estimula su atención consciente habilitándola”, comenta.

Otros ejercicios físicos  muy importantes son los de coordinación psicomotriz, los cuales favorecen la estimulación neuronal y éstos luego pueden ser transferibles a otros niveles de su estilo de vida.

Entre los ejercicios que Nadal Gómez recomienda hacer en casa para ejercitar la memoria están escribir en una cartulina blanca y con tinta negra las letras del abecedario, y debajo de cada letra escribir: I D J I J. Y así continuar hasta poner grupos diferenciados de las letras que van debajo de las del abecedario. Por ejemplo, i= izquierda, la D=derecha y la J= juntos. Mientras se pronuncia de forma verbal la letra del abecedario se levanta el brazo que corresponda,  por ejemplo, A = I (brazo izquierdo), B =D (brazo derecho), C = J (ambos brazos), y así hasta finalizar.

Luego puede practicarlo al revés y también de forma mental. Es recomendable escuchar  música que estimule los circuitos neuronales, como la Sonata para dos pianos en re mayor de Mozart.

Ver Mas
http://www.elcaribe.com.do/2013/02/05/que-pasa...-por-que-todo-olvida

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